Gama, es un pueblo llamado la Perla del Guavio. Está en una zona montañosa a 118 kilómetros de Bogotá, atravesando el imponente Páramo Grande, el cual es intimidante por su densa niebla, pero si estas atento y logras ver algo, como un frailejón, quedas impresionado por su riqueza hídrica y paisajística. Después de 4 horas y media llegamos al pueblo, es tan pequeño y tan fácil de recorrer que no se necesita ningún dispositivo electrónico para ubicarnos, pues en cuanto llegamos, bastó con una charla con el conductor del bus en que llegamos, para que nos recomendara un restaurante, a pesar de que llegamos muy tarde, la dueña nos atendió y nos preparó un almuerzo delicioso y bastante generoso, confirmando así el don de gentes de los gamenses.
En compañía de un habitante de gama, un joven que estudia en Bogotá, pero que cada puente festivo o en vacaciones vuelve a su casa con su familia a disfrutar de la tranquilidad y naturaleza de su pueblo natal, hizo las labores de guía. Luego de recorrer la plaza principal, fuimos a buscar unos miradores para disfrutar de los paisajes, el primero fue el Mirador Alto de la Virgen, donde se avista el municipio y sus alrededores como una colcha de retazos hechos por los diferentes colores de los cultivos, ganado y casitas.
Después fuimos al mirador del Embalse de la represa de Guavio, donde se aprecia la majestuosa naturaleza y el embalse desde 1992, cuando entro en operaciones la Central Hidroeléctrica del Guavio la cual es la segunda central en funcionamiento más grande de Colombia con una capacidad instalada de 1213 MW.
¿Dónde dormir?
Nos dimos a la tarea de buscar alojamiento en un pueblo acogedor y muy tranquilo, donde solo existen dos casas de familia que se han dedicado a recibir los pocos visitantes que llegan al municipio, y que son atraídos por los miradores naturales a la represa de Guavio. Fue un poco difícil conciliar el sueño después de la historia que nos contaron, hace muchos años, una noche se escuchó un grito aterrador en todo el pueblo y sus alrededores que bajaba desde el alto de la virgen hasta el lugar más lejano, cuentan que fue una noche donde paso el diablo sembrando el miedo y el horror en Gama.